El cromado duro es un tratamiento electrolítico mediante el cual se recubren las piezas con una película dura de cromo, prácticamente de cualquier ánicas y muy buena resistencia a la corrosión, que pueden ser pulidas o mecanizadas por rectificado.
1º EN EL CAMPO DE LA RECUPERACIÓN:
Dar las dimensiones correctas a las piezas que por defecto de fabricación han quedado fuera de normas.
Poner en sus dimensiones originales aquellas piezas que han sufrido un desgaste excesivo.
Las piezas cromadas quedan de nuevo aptas para su servicio a un coste muy inerior al de la misma pieza nueva y en condiciones técnicas iguales o superiores a las originales. Los depósitos de cromo pueden quedar localizados en las zonas que
precisamente hayan quedado fuera de la cota, lo que hace que el tratamiento en sí resulte más económico.
Las piezas recuperadas pueden cromarse duro de nuevo, en el caso de que despúes de largo periodo de servicio hayan quedado otra vez por debajo de cota.
2º COMO PROCESO DE FABRICACIÓN:
Con el fin de mejorar la calidad de la producción, cada día se recurre más al cromado duro, para lograr desde un principio las excelentes propiedades de este recubrimiento.
Longitud máxima: 5 m.
Anchura máxima: 1,45 m.
Peso máximo: 2000 kg.
Intensidad máxima: 10.000 A/h.